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Sus ojos tomaron una luz muy suave. —Está bien, no lo haré. Pero, ¿entiendes mi mensaje, verdad?

—Lo único que entiendo es que me estás tocando voluntariamente. Y te estás inclinando frente a mí con una parte sucia y llena de cicatrices de mí en tus manos reales. Y me estás enviando lejos.

—Ningun...

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