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Sonrió ampliamente. —Eso será muy compasivo de su parte, Su Majestad, y le agradeceré si puede hacerlo por mí.

Las piernas de la Reina la están matando, ya no puede bailar más. Así que se detuvo. —Está bien.

El noble tomó sus dedos nuevamente y los besó con ternura. —El baile fue perfecto y tuve u...

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