Capítulo 278 Mantengo mis promesas

A veces, Cecilia no podía soportar a Alaric.

Lo empujó con ambas manos, girando su rostro con frustración. —Alaric, realmente necesito hablar contigo sobre algo —dijo.

—¿Qué es? —preguntó Alaric, su rostro aún cerca del de ella.

Podía sentir su aliento en su mejilla, y era increíblemente íntimo.

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