Capítulo 73 La trampa maliciosa de la perra

—No, no, esto no puede ser verdad —la voz de Emily se quebró, incapaz de aceptar la dura realidad frente a ella.

Sus piernas cedieron y se tambaleó, su rostro pálido como la ceniza. Parecía que el simple acto de respirar era una tarea hercúlea, y podría colapsar en cualquier momento.

Presa del pán...

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