Capítulo 11

Apagué mi computadora, estirando los brazos por encima de mi cabeza. El contrato había estado quemando un agujero en mi bolso toda la tarde, haciendo imposible concentrarme en algo productivo.

Mi teléfono vibró justo cuando estaba recogiendo mis cosas. Lo agarré, con el corazón saltando. ¿Sería Rya...

Inicia sesión y continúa leyendo