Capítulo 42

Caímos en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. El constante tic-tac del reloj de pared parecía excesivamente fuerte en la habitación tranquila. Revisé mi teléfono, sorprendida al ver un mensaje de Alexander.

—Llegué de nuevo a la oficina. Avísame cuando tu padre salga de cirugía. ...

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