Capítulo 114

Gavin notó que Adelaide se relajaba y rápidamente la tranquilizó, dándose una palmada en el pecho.

—No te preocupes, Addie, tú eres la única para mí. Si me pidieras que saltara de un acantilado, lo haría sin pensarlo...

—¿En serio, Gavin? —interrumpió Adelaide, luciendo disgustada—. Nunca te pedir...

Inicia sesión y continúa leyendo