Capítulo 128

Adelaide no pudo evitar reírse al ver lo nervioso que parecía Sebastián. —¿Qué pasa? ¿Te parezco tan sospechosa?

Sebastián soltó una risa irónica. —¿Me culpas?

No es que no quisiera confiar en Adelaide, pero después de haber sido quemado tantas veces, simplemente no podía hacerlo.

Adelaide negó c...

Inicia sesión y continúa leyendo