Capítulo 129

—¿Qué acabas de decir? —los ojos de Adelaide brillaron con curiosidad.

Sebastián arqueó una ceja ligeramente, y luego un destello de satisfacción cruzó su rostro mientras bajaba la mirada.

Cuando volvió a levantarla, una máscara de inocencia cubría sus facciones—. Solo sentí un cosquilleo en las p...

Inicia sesión y continúa leyendo