Capítulo 292

Sebastián se inclinó y lamió suavemente las lágrimas en el rincón de los ojos de Adelaida, su voz áspera —Eres mía, soy tuyo, estamos juntos en esto, nadie puede separarnos.

Cuando su beso se rompió, un brillo travieso danzó en los ojos estrechos de Sebastián.

Adelaida quedó aturdida por el beso, ...

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