Capítulo 299

La garganta de Sebastián se movía con deseo, su cuerpo actuando por instinto mientras acercaba a Adelaide y la penetraba apasionadamente una vez más.

Adelaide jadeó, golpeada por otra ola de intensidad, sus suaves gemidos desvaneciéndose.

Para Sebastián, sus sonidos eran una invitación tácita, lo ...

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