Capítulo 30

A la mañana siguiente, cuando Adelaide despertó, no había nadie a su lado.

Bajó las escaleras confundida, sólo para escuchar la voz de Joseph —Sólo vine a ver cómo estaba ella.

Adelaide frunció los labios. ¿Preocupado?

No creía que Joseph estuviera preocupado por su salud. Si le preocupaba algo, ...

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