Capítulo 33

—Sebastián, ¿qué haces aquí?—Adelaida frunció el ceño.

No estaba llena de alegría por el apoyo; en cambio, instintivamente se preguntó cuánto había escuchado Sebastián. No quería que él escuchara esas palabras desagradables.

Lo que Adelaida no sabía era que su nerviosismo, a los ojos de esas mujer...

Inicia sesión y continúa leyendo