Capítulo 350

Las horas pasaron volando en un desenfoque.

Sebastián revisó cada rincón, pero no había rastro de Adelaide.

Era como si se hubiera desvanecido en el aire, sin dejar ninguna pista.

A pesar de revisar innumerables cámaras de vigilancia, no había señal de ella.

A medida que el tiempo avanzaba, los ...

Inicia sesión y continúa leyendo