Capítulo 358

Después de una noche de sueño reparador, Adelaide se sentía mucho mejor. Tomó el atractivo rostro de Sebastian entre sus manos y le dio unos rápidos besos.

Sebastian sonrió y preguntó —Entonces, ¿nos vamos de este lugar hoy o volvemos a casa?

El doctor dijo que podíamos quedarnos para observación,...

Inicia sesión y continúa leyendo