Capítulo 61

El corazón de Sebastián latía con fuerza.

Extendió la mano para empujar a Adelaide. —¿Qué está pasando? Voy a buscar a Joseph ahora mismo.

—No, no a Joseph. Solo tú.

—¡Mientras no me ignores, no me sentiré mal!

Parecía que hablaba en acertijos.

Pero Sebastián no podía reír.

—Sebastián, ¿puedes...

Inicia sesión y continúa leyendo