Capítulo 222

Sawyer no podía creerlo.

—Vamos, no juegues conmigo. No puedo imaginarme a Edward, el pez gordo, haciendo algo turbio.

Tenía una expresión arrogante en el rostro.

La boca de Edward se contrajo.

De repente, Victoria tomó una aguja de plata. El corazón de Sawyer dio un vuelco, nerviosamente aclaró...

Inicia sesión y continúa leyendo