Capítulo 40

Las pestañas de Matthew ni siquiera parpadearon, su expresión calmada e imperturbable.

—Fuiste invitada aquí como mi huésped. Él tomó sus propias decisiones, y ahora tiene que enfrentar las consecuencias.

El corazón de Stella, lleno de incontables fantasías románticas, se desinfló instantáneamente...

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