Vuelve a ser mía. Capítulo 4

Nando observó al techo, para no mostrar ante ella la molestia que sentía al saber que tenía novio, y que era ese hombre el que probaba sus dulces labios, cerró sus puños con gran fuerza, mientras su mandíbula se tensaba.

—Tienes razón —opinó él—. No debí venir, ni advertirte —expuso con molestia— i...

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