No eres su familia

Antes de que la bofetada de la Sra. Linda aterrizara, uno de los guardaespaldas agarró su mano y la torció con un movimiento, haciéndola caer en un enredo.

—¿Qué has hecho? ¡Me has roto la espalda... Ay!

—¡Ay, mi cintura, mi cintura está rota! —gritó de dolor desde el suelo.

—¡Mamá! —Los ojos de ...

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