Inspector

Los intensos ojos de Enzo se posaron en la piel blanca alrededor de mi cuello, calentándose cada vez más, y su voz se volvió un poco ronca. —Anoche, algo salió mal. Estaba tan cansado que no pude besarte... Solo abrazarte... ¿Hacemos lo que no hicimos anoche?

De repente entendí lo que Enzo estaba i...

Inicia sesión y continúa leyendo