Un par de cosas 2

Cuando no respondí, Enzo levantó mi barbilla y me miró con sus profundos y encantadores ojos.

—Respóndeme, cariño.

Mi rostro estaba caliente, y sentía un calor constante saliendo de mis poros. No sabía qué decir. Mis ojos parpadearon varias veces. ¿Qué demonios debería decir en esta situación?

—E...

Inicia sesión y continúa leyendo