¡LO LOGRAMOS! ¡SEXO!

Cuando Enzo y Alice salieron de la habitación, la ira de Serena se encendió y apretó los puños. Caleb, notando su agitación, intentó tocar sus pies, pero ella los apartó bruscamente.

—Oye, Serena, ¿por qué te enojas? Enzo está casado; déjalo ir. Sé que tenías sentimientos secretos por él, pero tú y...

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