Capítulo dieciocho

Capítulo Dieciocho

—¿Qué? ¿Por qué debería vivir en tu casa?— preguntó Justin, molesto.

—Deberes de esposa, te lo dije—. Y luego se encogió de hombros. Si antes solo pensaba mal de él, ¡ahora es peor!

—¡No quiero! ¿Por qué debería quedarme allí?— Me enfurecí al preguntarle. Menos mal que no fui yo ...

Inicia sesión y continúa leyendo