Capítulo cuarenta y uno

Capítulo Cuarenta y Uno

Pero la señora lo regañó. —Thompson, no se irá de mi presencia. Es la hora del almuerzo, pero ninguna de las propuestas de negocios que he leído ha sido aprobada. Ni una sola palabra de lo que leí viene a mi mente. Todo lo que pienso es en Joanna. Incluso conecto mi teléfono...

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