Capítulo 13

El aire se sentía pesado en el pequeño cuarto de lavandería, impregnado con el aroma del detergente y un almizcle primitivo que me hizo estremecer. La ropa desechada de Caleb comenzó a lavarse, tiñendo el agua de rojo. Ni siquiera me importó que hubiera tomado el ciclo de lavado que yo había prepara...

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