Cap. 132

Fabio apretó suavemente la mano de Alma antes de inclinarse para besarle la frente. Doña Ernestina, sentada junto a la cama, lo observó con atención de madre.

—Voy a dejarte un momento con ella, abuela —dijo en voz baja—. Quiero ir a ver cómo está Massimo.

—Anda, anda, que aquí la cuido yo —asinti...

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