Cap. 152

Extra 4

Ernestina era resistente, dura.  Pero ese “doña Ernestina”, dicho con veneno, le atravesó el alma.

Enderezó la espalda, aun cuando el dolor era visible en sus ojos.

—No tienes derecho a hablarme así, Ramiro —respondió con calma, pero con filo—. Soy tu madre, te guste o no.

Él soltó una r...

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