Cap. 21: Tarde para escapar.

Fabio no lo miró. Se apoyó contra el respaldo del sillón y soltó con calma:

—No seas ridículo. Solo quiero dejarle claro a esa chiquilla irreverente quién manda en este juego.

—Ya, claro —murmuró Ciro, volviendo a tomar el contrato—. Espero que sepas lo que haces, Leone. Porque si te equivocas con...

Inicia sesión y continúa leyendo