Cap. 23: ¿Crees que eso es suficiente?

Alma asintió. Esta vez con el mentón en alto.

Entró a la habitación arrastrando los pies. Anna la observó desaparecer detrás de la puerta, luego tomó la mano de Alessia y sonrió con ternura.

—Vamos, princesa. Hoy vamos a jugar a ser damas elegantes.

Y mientras la niña sonreía otra vez, Alma, bajo...

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