Cap. 73: Eres lo que más deseo.

Fabio sintió el calor subirle a la cabeza. Con esfuerzo, se sentó en la cama, moviendo el brazo sano con rabia contenida.

—¡Lárgate! —espetó, con voz grave y cortante—. Tú no das órdenes en mi casa. No eres la señora de nada aquí. ¡Entiéndelo de una maldita vez! Y si yo digo que no quiero verte… tú...

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