capítulo 12

—Persephone—llamó con la voz más suave posible y, por alguna razón, no me sentó bien.

—Hola, amor—dijo ella, acercándose para besarlo en los labios.

Parpadeé una vez.

Dos veces.

Varias veces más.

—¡Disculpa!!!!—grité a pesar de mí misma, incapaz de contenerlo. Sentí celos.

‘No tienes derecho a...

Inicia sesión y continúa leyendo