Desplegado

—¿Qué estás haciendo? —su voz era fría y condescendiente mientras se paraba junto a la puerta, mirando cómo Zeus estaba a pocos momentos de verter el contenido de las copas en mi boca.

—¡Te estoy ayudando! —dijo con una mirada enloquecida en sus ojos.

—Y sin embargo, no me dirías exactamente para ...

Inicia sesión y continúa leyendo