Capítulo 31

Calor.

Esa era la única manera de explicar cómo me sentía cuanto más tiempo mantenía mi boca sobre la suya. Bueno, eso fue hasta que su palma se conectó bruscamente con mi cara.

—¿Q..qué estás haciendo? —dijo, luciendo sonrojada mientras intentaba recuperar el aliento.

—Beso. Escuché a algunas almas...

Inicia sesión y continúa leyendo