Su beso

Me desperté con la cabeza partida como un trueno en plena noche. La luz que se filtraba a través de las cortinas se sentía como dagas clavándose directamente en mi cráneo, cada rayo una hoja afilada de pura agonía. Cada sonido parecía amplificado, el tic-tac del reloj en la pared un martillo implaca...

Inicia sesión y continúa leyendo