Frustraciones confusas

Estaba tranquilo. Terriblemente tranquilo, tanto que si una aguja cayera, todos la escucharían.

—Entonces, ¿espero que la comida esté a la altura? —preguntó Hades, haciendo que yo rodara los ojos. Por suerte, mi mamá no lo vio.

—¡Por supuesto! En realidad está buena —suspiré, era obvio que mi mamá...

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