Inocencia y vergüenza

Definitivamente, no fue lo más inteligente que pude haber dicho, ya que ella dejó salir las lágrimas, sin contenerse más.

—Está bien, lo entiendo —dijo, haciéndome sentir aún más confundido—. He estado tratando de disimular, esperando poder ganarme tu confianza. Mi madre puede que me odie, pero no ...

Inicia sesión y continúa leyendo