Por mi propia mano

Lexa

Nadie me toca. No estoy encadenada. Los pasillos oscuros que corren junto a la arena se vuelven borrosos, huelen a metal oxidado y están llenos de humo. El aire está más caliente de lo que debería, pero cuando entrecierro los ojos a través de la oscuridad, apenas puedo ver la neblina de humo q...

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