Da el paso

Aris

—Deberíamos haber pasado más tiempo aquí creciendo —bromea Roman, tumbado en la suave cubierta de madera del velero, con el sol golpeándolo implacablemente, pero sonríe bajo la sombra de su mano.

—Ninguno de los dos tuvo acceso a nuestra riqueza hasta hace poco. Incluso solo visitar el Lago G...

Inicia sesión y continúa leyendo