Sal y juega

Punto de vista de Ivery Clark

El rostro de Alrigo se oscureció, sus ojos se afilaron con un deseo crudo, y toda su fuerza de voluntad se hizo añicos.

Sus manos callosas se hundieron en mi trasero y tiraron de mis caderas bruscamente hacia él, tanto que mis pechos casi se aplastaron contra su p...

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