Un beso de ruina

La puerta se cerró detrás de la última persona, y así, la atmósfera cambió.

El calor persistente de los elogios y la admiración de los demás se evaporó en un instante, reemplazado por algo más frío—algo sofocante.

Alrigo se volvió hacia mí, sus ojos oscuros ardían con una furia contenida.

—Parece...

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