CAPITULO 3 “Una pesadilla muy vivida.”
Advertencia: Este capítulo puede contener sexo explícito, lenguaje vulgar y violencia; para las mentes perturbadas o sensibles se les pide no seguir leyendo y pasar el capítulo. Favor de no reportar.
(junio 9, 2018 Nueva York, N.Y)
(Aurora Carson)
Algo me despierta, ¿son voces? No lo creo abro los ojos, pues tengo muchísimo calor, es obvio, pues anoche que me acosté tenía algo de temperatura así que me cubrí con una pesada cobija de lana, cierro y abro los ojos para desperezarme y retiro las sabanas para levantarme cuando lo escucho.
-Por fin te despiertas estúpida, si sigo subiendo la temperatura de la calefacción, ¡nos asaremos de calor! - yo observo atónita al hombre sentado frente a mí.
Es muy alto, musculoso, castaño y de ojos grises como el acero, una barba de candado y bien vestido, pero como entro, yo recuerdo haber asegurado bien la puerta, al cerrar ambas cerraduras en la puerta por lo que le pregunto
-¿Quien es usted y que hace aquí?
-Yo soy quien hace las preguntas, estúpida, así que dime ¿en donde está mi hijo? - me dice molesto
-¿Su hijo? perdón pero ¡yo no le conozco y no sé quién sea su hijo! - le respondo con miedo, no comprendo nada de quien es o porque me reclama a su hijo y aún más como diablos entro a mi casa.
-DEJA DE MENTIR, TU MALDITA PERRA, TE METISTE A MI CAMA HACE UNOS AÑOS Y TUVISTE UN HIJO, ESE NIÑO ES MÍO ¡Y LO QUIERO, AHORA!- me grita, no sé de qué habla.
-Señor no sé quién es usted y le aseguro que yo nunca he estado en su cama, mucho menos he estado embarazada o tenido un hijo. - le respondo con temor, pues se ha levantado del sillón, en donde hasta ese momento estaba cómodamente sentado.
Lo veo acercarse llegando hasta mí y de la nada recibo un fuete bofetón, que me lanza contra las almohadas y le escucho gritar
-HACE TRES AÑOS, TU MALDITA PERRA, ME DROGASTE Y TE METISTE EN MI CAMA, PUEDE QUE NO VIERA TU CARA EN LA OSCURIDAD, PERO RECUERDO BIEN TUS GRITOS DE PLACER MIENTRAS TENIAMOS SEXO Y MIS INVESTIGACIORES ME DICEN QUE FUISTE TÚ; ASÍ QUE DIME ¿EN DONDÉ, ESTA MI HIJO? - le veo sacar una pistola de debajo de su saco y ponerla en mi cien; yo solo puedo temblar de miedo; no conozco a este hombre y no sé de qué me habla, yo nunca he tenido sexo con él, demonios que no he tenido sexo con nadie en mi vida.
-Señor por favor créame yo no le conozco, usted debe estar en un error y yo nunca he tenido sexo con… - comienzo a decirle, pero no me deja terminar pues escuche como jalaba el gatillo del arma y un fuerte clic se escuchó.
Creí que moriría, pero solo lo escuche gritar las mismas cosas.
-DEJA DE MENTIR, SABES BIEN QUE TENDRE A MI HIJO DE UNA U OTRA MANERA, ASÍ QUE ENTREGAMELO AHORA.
Estoy comenzando a marearme y siento mi corazón latir con fuerza, estoy alterada y me falta la respiración, maldición no había tenido un colapso desde hace meses; y ahora este loco desconocido me reclama un hijo que nunca he tenido.
-Por favor créame, yo no he tenido ningún hijo, nunca he estado embarazada, debe estar en un error. - le digo cuando el me sujeta del cabello para jalarme la cabeza hacia atrás y verme a los ojos.
Su mirada es dura, fría, está convencido de lo que dice y de que yo le miento; lo siento soltar mi cabello, pero empujarme nuevamente contra las almohadas, para enseguida sentarse sobre mis piernas, con una de sus piernas a cada lado de mi cuerpo.
Con una de sus manos sujeta las mías por sobre mi cabeza y con la otra apunta su pistola contra mi vientre.
-¿Así que quieres seguir mintiéndome? pues bien yo voy a revisarte; no debes tener vergüenza maldita zorra, ya que no será la primera vez que ponga mis manos en ti. - y diciendo eso puso la pistola a un lado para comenzar a subir mi camiseta con la mano libre.
Yo solo trataba de enfocarlo, estaba mareada y comenzaba a ver todo borroso, sentí su mano acariciar mi cuerpo bajando un poco mis bragas y dijo
-Si no tuviste un hijo ¿de que es esta cicatriz?
-Es de una apendicetomía, está muy de lado para ser una cesárea ¿no cree?- le respondo, con lo que me gane otra bofetada.
-A mí no me hables con sarcasmo perra, estas en mis manos y si lo deseo hoy mismo morirás. - dice inclinándose sobre mi para hablarme al oído. Él no sabe lo cerca que esta de lograrlo y sin usar su arma.
Lo siento respirar y aspirar profundo antes de decir.
-Bueno, aquella noche disfrutaste como loca de mí, lo sé, ahora me toca a mí disfrutarte hasta cansarme
-¿Que? ¡No por favor, déjeme! – le digo tratando de moverme, pero él es mucho más grande y fuerte que yo, además estoy a punto del desmayo, el pecho me duele, podría tener un paro cardiaco de un momento a otro.
-Vamos a recordar como hicimos a mi hijo aquella noche, puede que así te animes a hablar. - dijo y sentí como bajaba mis bragas por completo, para después colocarse entre mis piernas.
Yo trataba de soltar mis manos, al tiempo de que trataba de respirar, no quería morir aquí, por culpa de este monstruo.
-Por favor escuche, no me haga daño, yo no… Ahhh. - grite con fuerza al sentir como entraba en mi con fuerza, tras lo cual, su mano libre fue a dar sobre mi boca.
Sentí como empujaba una y otra vez mientras todo se volvía negro, al parecer mi fin había llegado.













































































































































