Capítulo 16

La brisa fresca del exterior golpeó mi piel haciendo que mi pelaje se erizara, había una gran alegría llenándome mientras saltaba con gran velocidad, parecía que mis pies no tocaban el suelo.

—Daciana, no te mates, tómalo con calma—, trinó y ella rió aumentando su velocidad.

—¡No entenderías cómo ...

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