Capítulo 30

—¡Oye, Layla, deja de mirar a mi compañero de esa manera! —la voz de Hazel resopló, haciéndome volver a la realidad.

No había notado su presencia todo este tiempo.

—Espera, ¿es Noah? —pregunté, mirando su rostro con una gran sonrisa. Todo mi cuerpo se llenó de escalofríos, no pude evitar saltar y ...

Inicia sesión y continúa leyendo