Capítulo 37

Margarita sirvió los dos té, aunque cada mañana eran tres, pero bueno, Margarita no tenía como saber que Margaret ese día no podía acompañarlos, por lo que acomodó las galletas que la mayor había enviado, y espero pacientemente a que Samuel ingresara.

—No te quiero cerca de ese hombre. —dijo si...

Inicia sesión y continúa leyendo