Capítulo 48

Ryder no perdió tiempo y se recostó al lado de Margarita, una tranquilidad que no sabía que necesitaba se apoderó de él en el preciso instante en el que apoyó su mano sobre el pequeño vientre.

—No sé cómo disculparme por lo idiota que he sido Margarita, soy en verdad…

—No quiero oírlo Ryder, sé ...

Inicia sesión y continúa leyendo