Capitulo 67

Ryder:

Miré a Margarita, y el alma se me arrugó al advertir la sombra que le robaba el brillo de los ojos. La inauguración de su tienda de tejidos, que debería ser motivo de gozo y sosiego, se transformaba, para ella, en un día opaco, eclipsado por el peso de recuerdos y heridas sin cerrar. Su postu...

Inicia sesión y continúa leyendo