Reclamado por el Alpha

Escucho otro golpe en la puerta. La abro, esperando que no sea Callan. Antes de que pueda decir algo, un aroma familiar llega a mi nariz, y alguien conocido me empuja contra la pared. Su cara en mi cuello, justo como me gusta, está inhalando mi aroma, lamiéndome desde la oreja hasta la clavícula.

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