Felicidad apasionada

Me relajo frente a él.

—¿A dónde te diriges?

—Al centro comercial St. Johns —le digo al desconocido.

Él sonríe.

—Te daré un aventón.

Le agradecí y me senté en el bonito coche. Hay algo en él que me resulta familiar, pero mi cerebro duele como si intentara decirme algo. Me siento tan inquieta.

...

Inicia sesión y continúa leyendo