El regreso de Dead Man

En ese momento, sentí algo golpearme la espalda, grité de dolor y me giré para ver quién o qué me había golpeado. De las sombras, un hombre salió a la vista. Sus ojos eran negros como el carbón, estaba mortalmente pálido. Me habló con una voz tan dulce como la miel.

—Hola, ángel.

Retrocedí tratand...

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